1. Comprende su funcionamiento:
Infórmate sobre cómo operan estas baterías, que almacenan energía mediante el movimiento de iones de litio entre el ánodo y el cátodo, y sobre la función del electrolito en la conducción eléctrica.
2. Utiliza cargadores recomendados:
Emplea siempre los cargadores y accesorios especificados por el fabricante para evitar sobrecargas y daños internos.
3. Evita temperaturas extremas:
No expongas las baterías a ambientes muy calientes o fríos, ya que las altas temperaturas pueden desencadenar reacciones peligrosas como la fuga térmica.
4. Maneja con cuidado:
Protege las baterías de golpes, caídas o perforaciones que puedan dañar su estructura interna y generar riesgos de incendios o explosiones.
5. Verifica la presencia de un BMS:
Asegúrate de que el dispositivo cuente con un Sistema de Gestión de Batería (BMS) que supervise el estado de cada celda, equilibrando la carga y desconectando en caso de sobrecalentamiento.
6. Sigue las indicaciones del fabricante:
Respeta las recomendaciones de carga, descarga y mantenimiento establecidas por el fabricante para garantizar un uso seguro y prolongado.
7. Prevención de la fuga térmica:
Evita condiciones que puedan generar sobrecalentamiento, ya que la fuga térmica puede desencadenar reacciones en cadena, liberando gases inflamables y aumentando el riesgo de incendio.
8. Cumple con normativas mexicanas:
Al adquirir equipos, verifica que cumplan con las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) y cuenten con certificaciones de seguridad reconocidas para garantizar su calidad y seguridad.
9. Reciclaje y disposición adecuada:
Al finalizar su vida útil, lleva las baterías a centros de reciclaje autorizados para evitar la contaminación ambiental y cumplir con las regulaciones vigentes.
10. Opta por productos de larga duración:
Escoge baterías con una vida útil prolongada, ya que reducen la frecuencia de reemplazo, disminuyen la generación de desechos y favorecen un manejo más sostenible de los recursos.